El "comunismo de Estado" es una contradictio in términis, es un contrasentido porque el Estado es jerárquico y no admite "comunismo" en su seno, sólo admite desigualdad, jerarquía y burocracia, implicando una cúspide monárquica cuya figura siempre encarna una privatización y concentración del poder. El "jefe", el que detenta el poder, nunca es igual a sus subordinados. Y el Estado siempre se impone sobre la sociedad. La sociedad existe en los términos en que le interesa al Estado, según el régimen económico a conveniencia del Estado. El "comunismo de Estado" siempre será una farsa cuya realidad es el Capitalismo de Estado. El poder político es "Capital político": la reproducción de la explotación y la opresión requiere organizar grandes espejismos (ideología, discurso) en antiguos y "nuevos" rituales de dominio, pero el Estado siempre es el mismo, el mismísimo Estado. Al final de cada etapa "revolucionaria" subsist...