"La bandera negra hizo su primera aparición "oficial" en la
manifestación de los parados en los Invalides, el 9 de marzo de 1883,
durante un meeting organizado por el sindicato de carpinteros. Louise
Michel, en dicho meeting, enarbola la primera vez una bandera
improvisada hecha con una falda vieja negra atada al palo de una escoba.
Esta fue la defensa de la bandera negra que ella hizo durante su
proceso :
"Hay algo más importante en este proceso que arrancar
algunos trozos de pan. Se trata de la idea que perseguimos, de las
teorias anarquistas que ellos quieren por todos los medios condenar.
Ellos insisten en el famoso librito "¡Contra el
ejército ! " al que el ministerio público ha hecho una publicidad que no
nos esperabamos.
Por otra parte, en 1871, se nos ha tratado duramente. He
visto a los generales que fusilaban ; he visto M. de Gallifet matar sin
juicio a dos comerciantes de Montmartre que nunca habían sido
partidarios de la Comuna ; he visto masacrar a los prisioneros porque
osaban quejarse : Han matado a mujeres y a niños ; han acorralado a los
federales como a bestias salvajes ; he visto las esquinas de las calles
llenas de cadáveres. No se asombren si vuestras persecuciones nos
conmueven poco.
¡Ah !, ciertamente, señor abogado general, a usted le
resulta extraño que una mujer ose defender la bandera negra. ¿Por qué
hemos resguardado la manifestación bajo la bandera negra ? Porque esta
bandera es la de las huelgas e indica que el obrero no tiene pan.
Si nuestra manifestación no hubiera sido pacifica,
hubieramos cogido la bandera roja que está ahora clavada en Père
Lachaise, encima de la tumba de nuestros muertos. Cuando la enarbolemos,
sabremos defendernos. Nosotros no hemos llamado a la Internacional
muerta porque no hemos podido reunir sus pedazos y porque la
Internacional es un poder oculto y ya es hora de que el pueblo se
muestre a la luz del día.
Ahora mismo, hablabamos de los soldados que tiraban
contra los jefes, pues bien, en Sedan, si los soldados hubieran tirado a
sus jefes, ¿cree usted que hubiera sido un crimen ? Al menos, el honor
hubiera estado a salvo. Mientras que se ha mantenido la vieja disciplina
militar, hemos dejado pasar a Bonaparte que iba a liberar a Francia del
extranjero.
Pero yo no persigo ni a Bonaparte ni a los
"orleanistas" ; no persigo más que a sus ideas. Prefiero más ver a
Gautier, Kropotkine y Bernard en la cárcel que al ministerio. Allí,
sirven a la idea socialista, mientras que en las situaciones
excepcionales, nos inunda el vertigo y olvidamos todo.
En cuanto a mi, lo que me consuela, es que yo veo por
encima de vosotros, por encima de los tribunales, levantarse la aurora
de la libertad y la igualdad humana. Hoy estamos en la República y
estamos en la más absoluta miseria. Pero no es esta la República que
nosostros queremos, sino la República en donde todo el mundo trabaje y
pueda consumir lo que le sea necesario según sus necesidades.
Se nos habla de libertad : hay la libertad de la tribuna
que al final nos condena a 5 años de trabajos forzados. Y en lo que
respecta a la libertad de reunón, sucede lo mismo. En Inglaterra, el
meeting habrá tenido lugar ; en Francia ni siquiera hemos hecho los
requerimientos a la ley para que la gente se retirara sin resistencia.
El pueblo muere de hambre, pues bien, yo he cogido la bandera negra y me
he ido a decir que el pueblo no tenía trabajo y no comida. Este es mi
crimen, juzgenlo como quieran.
Ustedes dicen que queremos hacer una revolución. Pero
estas son las cosas que provocan las revoluciones : es el desastre de
Sedan lo que ha hecho caer el imperio, y algún crimen de nuestro
gobierno, traerá también una revolución. Esto es cierto. Y quizás,
ustedes mismos, en su momento, estarán del lado de los indignados si
vuestro interés es el de estar allí. Pensad en ello.
Si hay tantos anarquistas, es que hay mucha gente está
asqueada de la triste comedia, que desde hace tanto tiempo, nos muestran
los gobiernos. Yo soy ambiciosa para la humanidad, quisiera que todo el
mundo fuera artista y poeta para que la vanidad humana desapareciera.
No tengo demasiada ilusión en ello. Tengánlo en cuenta para cuando el
señor abogado hable de mi vanidad. Pues bien, tengo mucho orgullo
incluso para ser un jefe : en algún momento es necesario que un jefe se
rebaje ante de sus soldados, para después convertirse en un despota.
No quiero discutir la acusación de robo que se me
reprocha, eso es demasiado ridiculo. Pero si ustedes me quieren
castigar, cometo todos los diías delitos en la prensa, cuando hablo etc.
Pues bien, castiguenme por estos delitos.
Resumiendo, el pueblo no tiene ni pan ni trabajo, y no
tenemos en perspectiva más que la guerra. Y nosotros queremos la paz de
la humanidad y la unión de los pueblos. Estos son los crimenes que hemos
cometido.
Cada uno busca su camino, nosotros buscamos el nuestro y
pensamos que el día en que reine la libertad y la igualdad, el género
humano sera feliz.
Texto de la Defensa de Louise Michel, pronunciado el 22
de junio de 1883, ante la Cour d’Assise del Sena en Ecrits sur
l’anarchisme Paris, ed.Seghers, 1964.
[Trad. Maria José P.]
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