Queremos que los liberen y denunciamos la impunidad y la corrupción que los llevó a una cárcel ilegal,a un “secuestro judicial” frase que se nos ocurre para explicar lo inexplicable en estos días.
Muchos de nosotrxs hemos acompañado y seguimos acompañando la lucha por la justicia verdadera para otros presos usados como chivos expiatorios y tapadera de la impunidad de los altos funcionarios militares y civiles, e incluso de pranes y matones del gobierno de turno.
Algunos de entre los muchos de nosotrxs que luchamos por la libertad de los presos sabemos que lo hacemos por lo que nos recuerda desde el viejo disco Gloria Martín, porque de dignidad se trata, si, de dignidad. También tenemos el egoísmo del miedo para exigir un alto a la criminalización y la impunidad, porque en este país ahora luchar y denunciar, construir sin arrodillarse, es una lotería o una espera del turno para ser goleado y encarcelado.
Pero sabemos también que su lugar en esta sociedad, igual que el de algunos otros presos inesperados no era el de la lucha social, y está bien, ustedes eran funcionarios de clase media de la estatal petrolera, hasta hace muy poco era un privilegio igual que siempre, apenas la crisis tan dura ha desmantelado ese privilegio de trabajar y ser gerente en PDVSA.
Sabemos, nos lo explicó un hermano en lucha que los conoce, que fueron criados en una familia como la nuestra, humilde y fraguada en la lucha por la libertad que protagonizaron nuestros padres.
Por eso creemos que esta tragedia de ustedes y de su familia nos convoca una vez más. Todos los presxs son nuestrxs presxs. Y también los convoca a ustedes a resistir, estamos orgullosos de que dignan no y sostengan su inocencia.
Pero resistir en estos días en Venezuela, es reconocernos, reconocer al otro en lucha e interpelar nuestras convicciones sin tener que abandonarlas de plano.
Creemos que esta es una oportunidad para que ustedes y los que los apoyan se pregunten: ¿qué tenemos que ver nosotros, presos y chivos expiatorios del poder corrupto, trabajadores de una empresa estatal, con Rodney Álvarez, obrero preso hace 8 años en el lugar de un matón al servicio del sindicalismo bolivariano y de altos mandos militares? ¿qué tengo en común con Rubén González, preso dos veces sin respetar el debido proceso y en esta oportunidad pasado a tribunales militares por acudir y convocar junto a otros trabajadores a una marcha por la dignidad del salario y por los derechos de los trabajadores?. ¿Qué tengo en común con Alcedo Mora y con los hermanos Vergel, detenidos y desaparecidos por denunciar la corrupción militar en los llenaderos de combustible de PDVSA? ¡Alcedo Mora, de la generación de nuestros padres!, viejo militante curtido en las pruebas de las que oímos al crecer en las tardes sagradas de la memoria. Alcedo, padre y desaparecido, funcionario gubernamental de alto nivel cuyos principios le impidieron callar, Alcedo, consciente del riesgo y dando un paso adelante una vez mas. Rodney, con tres atentados en la cárcel del Rodeo, inutilizado de una mano, comiendo una panqueca al día, se niega a declararse culpable de un crimen que no cometió contra un compañero que apenas intentó socorrer cuando fue ejecutado por un matón del gobernador Rangel Gómez, hoy retirado y residenciado en la urbanización mas cara de la capital mexicana. ¿qué tengo en común con los demás presos que comienzan a aparecer como chivos expiatorios de negocios del saqueo que los altos mandos tienen en PDVSA y otras empresas del desdichado parque industrial estatal de este país?. Pensemos en ellos, ¡sin una familia y unas fraternidades como la de ustedes, sometidos al terror de los esbirros, tal vez declarándose culpables en pocas horas. ¿qué clase de libertad exigen ustedes Alfredo y Argenys?
No tenemos pruebas estrictas del saqueo, no hemos tenido acceso a información privilegiada, apenas tenemos las certezas que tuvieron miles de desarrapados como nosotros y nosotras, para lanzarse a la calle el 27 de febrero de 1989, no solo para pedir pan, también hartos de la impunidad y la ausencia de justicia de entonces. El saqueo es obvio y estructural, la entrega de la soberanía que denunciaron nuestros padres, hoy es pública y anunciada con adornos navideños en los próceres. La ausencia de justicia no humilla hoy a una minoría en lucha, nos humilla masivamente como entonces. Aquí andamos exigiendo su liberación inmediata ¿cómo debemos pedirla?
#AryenisyAlfedoInocentes la vamos a usar, porque es verdad que lo son!, no se necesita mucha evidencia, amén de que sobran los testimonios humanos para saber que no es a su nivel que se cometen los delitos en PDVSA.
Por favor no nos pidan que usemos #yotambienquierocambiarelmundo, una canción del bobo de Hany Kauan no cabe en la dimensión del horror que los victimiza y surge la sospecha de que quieran quedar bien con sus verdugos e incluso recuperar sus empleos, tal vez no ustedes, pero si a quien se le ocurrió esa vaina tan de vergüenza ajena.
Restablecer sus vidas tal cual eran, despertar de esta pesadilla que hoy viven hermana y hermano, sin que las condiciones de injusticia que padecemos todos y todas cambien, no sería cambiar el mundo, ni mucho menos, que para muchos que padecen un poco sería suficiente.
La comisión Alí Rodríguez que hoy los condena a ustedes y que administra la purga expiatoria que hoy está desencadenada en PDVSA, lleva bien su nombre. Alí supo mas que cualquiera de nosotrxs del saqueo, lo organizó a muy alto nivel porque promovió el esquema de enclave extractivista que hoy está en pleno despliegue. Olió seguro. demasiado cerca el tufo de las naves ilegales que salen de los llenaderos marítimos de este país y se fue guardando silencio sobre eso y mucho más, Alí de la generación que nos antecede, con sus defectos y virtudes, no fue nada consecuente con la liberación nacional ni mucho menos. De modo que esta suerte de tribunal inquisitorio, que lleve su nombre, a nosotros no nos molesta. Gente mas digna de nuestros ancestros ha sido también devaluada nominalmente por el poder. Lo que nos molesta es la descarada justicia ejecutiva, sicarial que ahora se despliega con descaro y pompa.
El mundo puede cambiar no con mi justicia o con la que ustedes se merecen, sino cuando nada me es ajeno.
Por eso exigimos la libertad de ustedes y el cese al saqueo y a la impunidad en PDVSA y en este país. Por eso les regalamos preguntas que no tienen otro origen que nuestra solidaridad militante con todas y todos los trabajadores presos y con todos los presos por luchar por sus convicciones que sufren tanto o mas que ustedes.
No pensamos necesariamente como ellos, no vivimos como algunos de ellos, tal vez compartimos las carencias de las familias de algunos de ellos pero eso no puede asegurarse. Tan solo es segura la injusticia y los dolores comunes. No les exigimos que cambien sus criterios para seguir haciendo las consignas y la necesaria visibilización de ustedes, que ha parado en la tradición de los que luchan tantos maltratos y ha escalado posibilidades siempre.
Todos debemos exigirnos aprender para superar y persistir en la adversidad, ese aprendizaje cuando se hace común, es hermoso y verdadero, es canción.
Extraído de: laguarura.org
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