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Seguridad social o violencia legitimada, el caso de la limpieza social

Autora: Acrata Catalina.

La limpieza social se ve hoy en día como uno de los sucesos de análisis más controversiales, puesto que pone en divergencia distintos actores sociales que se ven afectados por problemas estructurales.

Para ir desligando este ensayo es necesario establecer qué se entiende por limpieza social y en qué contexto social está sostenido. La limpieza social hace parte de una técnica que emplea determinado grupo o sector dentro de una comunidad para arremeter (Aislar o eliminar) contra cierto grupo de personas específicamente delincuentes, drogadictos, recicladores, jóvenes de los sectores populares, prostitutas, travestis, indigentes , considerando que estos sujetos atentan contra cierta estabilidad e intereses de grupo .

Ante todo, la limpieza social debe estar considerada como un conflicto social donde interfieren la configuración de distintas concepciones morales. Por un lado, están los intereses morales de quienes realizan la limpieza social que según Carlos Eduardo Rojas Rojas, sociólogo y filósofo de la Universidad de Caldas en su texto “Conflictos Morales y Derechos Humanos en Colombia”[1] llamaría “sujetos activos” y están los sujetos contra quienes se atenta “sujetos pasivos” que también sustentan moralmente sus actuaciones.

Por un lado, los sujetos activos sustentan la realización de sus actos como medio para garantizar un bien común a la sociedad, pues se hace necesaria esta intervención bajo dos argumentos. Principalmente, porque el estado no castiga los actos cometidos por los sujetos pasivos, tales como robar, como prostituirse en espacios públicos, dormir en calles, generar desorden, etc. De este modo , los actos cometidos por los sujetos pasivos se consideran situaciones que resultan perjudiciales para los comportamientos y hábitos tradicionales de la sociedad. Al mismo tiempo, sustentan que realizan la eliminación de sujetos pasivos ya que los consideran incapaces de poner convivir con la comunidad por sus inclinaciones morales y por desinteresado interés de tomar otros rumbos.

De esta forma, según el profesor Rojas, los sujetos activos trabajan desde un “Deber ser”, donde sus actitudes responden a un ejercicio de ordenamiento y responsabilidad con la sociedad.
Paralelamente a estos argumentos, los sujetos pasivos también justifican sus acciones bajo las premisas de que sus actos hacen parte de la preocupación por la sobrevivencia y que el poder actuar por sus propios medios hace parte de una condición que legitima sus formas de preceder aunque resulte en contra de su integridad física o con su vida.

Vinculado al anterior argumento, sustentan que la sociedad no brinda ni otorga las condiciones de transformarse y transformar la sociedad. De este modo , deben trabajar bajo una libertad individual pues la estructura social no acoge sus problemáticas.

Ya hemos pues descubiertos cuáles son los argumentos a los cuales acuden los dos sujetos involucrados en este dilema, ahora bien lo que se me hace importante es recalcar que aunque los argumentos hacen parte de las concepciones morales que se tienen del mundo, se aplica efectivamente un conflicto de intereses donde se atenta contra la vida y donde debe existir una forma distinta de actuar frente a esta problemática.

Es de esta manera que es necesario recordar que la limpieza social no se puede considerar como una opción a las problemáticas sociales ya que existe dentro de un acuerdo social el derecho inviolable de la vida, que dentro del contexto colombiano está explícitamente en la Constitución Política de Colombia, en el artículo 11 que dice: “El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte”[2] . Es así que si se busca plantear solución a problemáticas no se puede acudir a violar ni las leyes ni los derechos de los ciudadanos.

Entre otra de las razones donde la limpieza social puede verse erradamente es al considerar que sus acciones acuden a la violencia, situación que según los argumentos de los sujetos activos es lo que debería erradicarse de la sociedad, pues acuden a la petición de principio donde se combate la violencia con violencia; que finalmente terminara manifestando problemáticas mas apremiantes como un conflicto interno. Es decir, el legitimar la violencia contra los sujetos pasivos puede desencadenar un caos estatal, donde se generaliza la violencia y se pierde por completo la armonía social.

Sobrarán las razones por parte de cada uno de los agentes para su forma de actuar, pero más allá de sus razones se debe asumir que la limpieza social servirá para invisibilidad necesidades que el gobierno o los estamentos públicos no han podido atender, por un lado han debilitado las políticas que hacen hincapié sobre el derecho a la vida y han dejado el espacio abierto para que se pueda arremeter en su contra.

Aun toma más fuerza la responsabilidad del Estado cuando no logra mantener las condiciones de convivencia para que no se viole el derecho a la vida; esto radica finalmente en que el problema no es de determinados sujetos sino de un problema de estructura que se ha dado por olvidado dentro de las políticas estatales.

Por esta misma línea de procesos estructurales, se encuentran factores sociales que interfieren en la actuación de los sujetos pasivos, la falta de oportunidades que brinda el Estado a estos sujetos permea en victimizar a la víctima y no creer que este pueda buscar la transformación. Así se puede descifrar, que se le impide posibilidades de agencia a los sujetos pasivos, situación que limita las soluciones a la problemática de la limpieza social.

Para expresar que la limpieza social hace parte de las problemáticas mas activas que se viven hoy en Bogotá, quisiera recordar que hace un año los medios de comunicación pasaban bajo algunas de sus noticias cortas sobre la situación de distintos panfletos que estaban siendo circulados en barrios como Usme, Soacha, Bosa, La candelaria y Kennedy; barrios donde se puede considerar que existen problemas de inseguridad más patentes que en otros barrios más exclusivos de la ciudad.

“El espectador” periódico diario que circula en la ciudad de Bogotá, publico un articulo el día 25 de marzo del 2009 que llevaba como nombre - Panfletos de ‘limpieza social’ en Usme- [3] en donde presentaba el ambiente que se estaba llevando en este barrio ; la situación de limpieza social había llevado a la muerte de dos personas que ya habían sido amenazadas , dentro del panfleto se comunicaba de antemano el querer asesinar a expendedores de drogas , prostitutas y atracadores que salieran a altas horas de la noche, no me puedo centrar en la noticia , ya que se puede ir directamente a leerla , lo que busco es mostrar como realmente la ciudadanía bogotana se ve involucrada en esta problemática ,de igual forma las autoridades evaden la situación , respondiendo que hace parte de peleas entre bandas delincuenciales. Lo anterior deja pensar que las autoridades no han visto la magnitud de la limpieza social y tampoco han querido ver que hace parte de problemas estructurales.

Parece finalmente que la limpieza social recae en un proceso en donde el imaginario colectivo concibe los actos de las clases bajas , de sujetos ajenos a las costumbres como “los malos” , como sujetos parasitarios , llegando prácticamente a percibir a un sujeto ajeno despreciable al cual hay que eliminar ; imaginarios que han sido construidos desde el Estado y el control social , con este tipo de situación donde se busca eliminar al sujeto diferente se visualiza un proceso de eugenesia política y social depurativa.

Por lo expuesto durante todo el texto, considero que se puede proceder a ver una solución por fuera de los manejados en la limpieza social. Es necesario pensar la sociedad desde el bien común, pero no como lo argumentan los sujetos activos, sino, comenzando por reconocer a los sujetos pasivos como agentes que son partícipes de los intereses de la colectividad. Teniendo en cuenta que sus problemáticas no pueden invisibilizarse, se debe buscar que sean legibles tanto para el Estado como para todos los individuos.

Es oportuno dar una solución desde el dialogo primariamente entre sujetos activos y pasivos, donde se ponga sobre la mesa los intereses en los cuales pueden diferir cada uno y se pueda entramar un proyecto estructural, donde se puedan empezar con el reconocimiento de las diferencias y necesidades de cada uno. De igual forma, el Estado debe mostrar su presencia y ayuda para la resolución de las necesidades que tenga cada uno de los agentes.
Y finalmente, que aquellos sujetos pasivos que consideren que pueden transformarse, se les pueda garantizar su rehabilitación y más allá de esto un constante apoyo para que tengan las condiciones de vida para poder transformarse.

A través de la visualización de los puntos que argumentan en pro de la limpieza social y de los que divergen, es necesario mostrar cómo estos procesos sociales hacen parte de una construcción imaginada que da legitimidad a prácticas violentas en un Estado que deja en exclusión social ciertos grupos en vez de vincularlos a la comunidad e incentivar a los que llegan a ser problemáticos con otras formas de agencia.

En conclusión, es necesario establecer como la problematización de ciertos grupos sociales hacen parte de una problematización mas estructural y más profunda que lo que ciertos individuos realizan, y en el exterminio de estas personas no se encuentra una solución final, pues hay un trasfondo de estructura que es más preponderante.

BIBLIOGRAFIA

Rojas R, Eduardo, Conflictos morales contemporáneos: ¿Es posible una ética pública en Colombia?, publicado por la Universidad de Caldas (Manizales) , 2007, 266 p

Constitución Política de Colombia, prologo Carlos Lemos Simmonds, Editorial Panamericana, Bogotá DC, 1998

http://www.youtube.com/watch?v=VchV10FR9Vg

http://elcampanazo.wordpress.com/2007/07/22/no-a-la-limpieza-social/

http://www.lasillavacia.com/elblogueo/odecofi/llego-la-nueva-hora-de-la-limpieza-social

http://esferapublica.org/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=571&Itemid=79

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=83596

http://www.cinep.org.co/node/722


[1] Rojas R, Eduardo, Conflictos morales contemporáneos: ¿Es posible una ética pública en Colombia?, publicado por la Universidad de Caldas (Manizales) , 2007, 266 p

[2] Constitución Política de Colombia, prologo Carlos Lemos Simmonds, Editorial Panamericana , Bogotá DC, 1998
[3] http://www.elespectador.com/impreso/bogota/articuloimpreso130860-panfletos-de-limpieza-social-usme, fecha 26 de noviembre del 2010 a las 20:41

Comentarios

  1. es la realidad 10 años despues la situacion sigue igual. 22702/2014
    PERIODICO TINTA ROJA

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