El 26 de agosto de 1905 en Buenos Aires (Argentina), quince días después del fallido atentado del anarquista Salvador Planas contra el presidente argentino Quintana y en medio de un clima de represiones gubernamentales y policiales contra la clase obrera (estado de sitio , detenciones, huelgas, manifestaciones ...), se reúne el V Congreso de la Federación Obrera Regional Argentina (FORA).
Asistieron cinco federaciones locales (Rosario, Santa Fe, Córdoba, Chacabuco y San Fernando, totalizando 53 sociedades), la Federación de Obreros del Calzado (cuatro sociedades) y 41 sindicatos más. Después de un emotivo homenaje a Salvador Planas, el congreso acordó sobre la Ley de Residencia, ley antiimmigratòria aprobada en 1902 que permitía al poder ejecutivo «ordenar la salida de todo extranjero cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden público», que los medios para combatirla debían ser al mismo tiempo internos y externos, desarrollando propaganda en Argentina y el resto de países con el fin de suscitar «la huelga general, el boicot a los productos del país y toda acción revolucionaria que las circunstancias aconsejen».
Se produjeron, por otra parte, recomendaciones para la convocatoria de un congreso continental sudamericano --vinculat al congreso internacional bajo los auspicios de la Federación Obrera de la Regional Española--; para la formación y sostenimiento de escuelas libres y de bibliotecas; para activar la propaganda antimilitarista y la lucha contra los alquileres; para preparar la huelga revolucionaria contra el proyecto de Ley Nacional del Trabajo, etc. Se rechazó la propuesta de la Unión General del Trabajo (UGT) con vistas a la realización de un acuerdo unitario. El V Congreso es sobre todo importante para la declaración que define sin dudas el carácter específico del proyecto de organización social de la FORA, que dice: «El V Congreso Obrero Regional Argentino, consecuente con los principios filosóficos que han dado razón de ser del organización de las federaciones obreras, declara: Que aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos y filosóficos del comunismo anárquico. Esta educación, impidiendo que se detengan en la conquista de las ocho horas.
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