Manifiesto del Secretariado de la AIT en respuesta a las situaciones en torno a la pandemia de COVID-19
En este momento, en muchos países las personas afrontan un enorme
problema sanitario. Debido a la naturaleza del sistema capitalista y a
sus abusos hacia la gente de clase trabajadora a tantos niveles, muches
más de nosotres podemos ser víctimas de la negligencia y el desdén de
las clases gobernantes -la enfermedad que ya afecta a nuestra sociedad y
las relaciones socio-económicas. En esta situación, como en todas las
demás, realmente necesitamos apoyarnos unes a otres para preseervar nuestra salud y nuestras vidas.
Las Secciones de la Asociación Internacional de los Trabajadores han
respondido a sus situaciones locales de diversas maneras. Como defensors
de la huelga general para debilitar el poder de quienes nos oprimen y
abusan de nosotres, no vemos mejor momento para que la clase trabajadora
de determinados países utilice esta herramienta de lucha, para actuar
en defensa propia, para proteger su salud y promover la fuerza de la
acción colectiva contra el poder de la coerción del estado y del
capital.
Nuestros sindicatos han presentado varias demandas y llamamientos a
la acción a nivel local y están comprometidos en diferentes luchas
concretas en una serie de centros de trabajo. A nivel global, hay varias
posiciones y demandas generales que necesitan ser propagadas en
respuesta a la pandemia actual:
1.Todes les trabajadors que se hayan visto forzades a dejar su
trabajo debido a las decisiones empresariales reforzadas por el estado,
por recortes económicos u otras razones o que están enfermes, necesitan
baja laboral remunerada.
Una gran mayoría de la clase trabajadora de todo el mundo apenas
consigue llegar a final de mes y no puede permitirse perder ingresos.
Quienes se ven amenazades de convertirse otra vez en víctimas -entre
otres, víctimas de caseros y financieras. Algunos gobiernos ya han
anunciado paquetes de ayuda a las empresas, pero las élites son mucho
menos generosas con la gente trabajadora.
Una vez que la pandemia haya aminorado, la clase trabajadora debe
luchar para hacer de la baja laboral remunerada un derecho permanente
para todo el mundo.
2. Defendemos el paro inmediato del trabajo (con baja remunerada)
para todes les trabajadors de las industrias y servicios no esenciales
en todos los campos que se vean amenazados por la propagación de este
virus. Allí donde les jefes y el estado amenazan y obligan a la gente a
continuar trabajando a pesar de los riesgos, llamamos a la organización
de huelgas, huelgas de solidaridad y otras formas de acción directa.
Necesitamos solidaridad concertada y apoyo mutuo para mostrar que no nos
van a parar.
3. Demandamos aumentos de salarios inmediatos y significativos para
todes les trabajadors sanitaries (incluyendo todo personal “no médico”
de los centros médicos, tales como limpiadors). Estos aumentos de
salario han de ser permanentes. Uno de los mayores patógenos a los que
se enfrentan muchos países de todo el mundo es la falta de acceso a la
sanidad, originada por una gran falta de financiación, ya que los
gobiernos deciden desviar el dinero a cualquier otro sitio, lejos de las
necesidades humanas más esenciales. Muches trabajadors médiques se ven
severamente infravalorades y han pasado años luchando. Están explotades y
no se les respeta a nivel cotidiano- sin embargo, esperamos de elles su
total dedicación para salvar las vidas de otras personas en situaciones
como ésta y esto a veces a riesgo de su propia salud y bienestar.
Debemos luchar para forzar al Estado -al que solamente contemplamos como
el custodio temporal de nuestro dinero público colectivo- para que
asegure adecuadamente la seguridad sanitaria de la población reajustando
las prioridades sociales. Es más, la AIT recuerda a la clase
trabajadora que el Estado ha usurpado el poder del pueblo de decidir las
cosas por sí mismo y que por lo general actúa principalmente en
interés del capital. Debemos recuperar el poder de sus manos para
introducir un sistema verdaderamente social e igualitario para cuidar de
todes les miembros de nuestra sociedad de manera colectiva.
4. Demandamos pagas extraordinarias inmediatas a todes les demás
trabajadors que son necesaries en varias funciones todavía vitales para
mantener las cosas funcionando debidamente -desde cajeres de
supermercado a repartidors de comida, productors y proveedors, desde les
trabajadors sociales a les de sanidad. Cualquiera que esté trabajando
en riesgo aumentado y aún trabaje mientras otres se quedan en sus casas
merece nuestra ayuda y apoyo mutuo. Siempre que sea posible, también
hacemos un llamamiento a la gente para que ayude a estas personas en sus
trabajos, para que les den un descanso y compartan la carga. Si a estes
trabajadors se les fuerza a trabajar un montón de horas extraordinarias
debido a la situación, se les debe dar unas vacaciones pagadas
extraordinarias tan pronto sea posible una vez se estabilice la
situación.
Necesitamos subrayar que muchas de estas categorías de trabajadors,
sin les cuales la propia vida apenas sería posible en los centros
urbanos (tales como agricultors y otres trabajadors de la cadena de
suministro de alimentos) están entre les trabajadors peor pagades de
muchos países. Debemos agitar y luchar para igualar el valor del trabajo
y eliminar las enormes contradicciones de la lógica capitalista que no
es capaz de compensar adecuadamente grandes porciones de la fuerza de
trabajo a la que considera simplemente piezas reemplazables, no miembros
vitales de nuestra comunidad humana.
5. Demandamos acceso absolutamente gratuito a los servicios
sanitarios para todes aquelles que puedan verse afectados por esta
crisis actual. Debemos mantener esta demanda como un campo de lucha
permanente.
6. Demandamos asistencia especial de urgencia para todas las personas
que no cuentan con un techo sobre sus cabezas o que viven en malas
condiciones sanitarias. En general, el sinhogarismo, la pobreza
habitacional y las varias formas de trágico desplazamiento resultan en
muchas muertes y enfermedades cada año, para colmo de la miseria
general. Este es un problema de grandes proporciones a nivel mundial.
Debe ser gestionado, en particular mediante la asistencia social y una
lucha permanente contra la clase de quienes tienen capital y obtienen
beneficios de su acceso a y posesión de propiedad privada. El mundo
también ha respondido insuficientemente en numerosas crisis humanitarias
causadas por la guerra y los desastres naturales, dejando a sus
víctimas en condiciones precarias y que a menudo hacen peligrar sus
vidas.
7. Demandamos que se suministren todos los materiales que sean
necesarios para la población, especialmente a las personas que no puedan
permitírselo. Nuestro dinero público colectivo debería usarse para
asegurar que los segmentos vulnerables de la población tengan acceso a
productos de higiene, profilácticos y medicinas.
Estas siete demandas son el mínimo por lo que tenemos que presionar
para poder hacer un poco más sana la situación y, al final, necesitamos
presionar para una mayor protección social para la población general.
Esto no puede seguir siendo un privilegio de les riques.
La clase trabajadora debe finalmente darse cuenta de que no son el
estado ni les jefes quienes mantienen la sociedad funcionando, sino la
propia gente trabajadora.
Los gastos que demandamos para asegurar un funcionamiento más seguro y justo de la sociedad en su conjunto son nuestro dinero colectivo y tenemos el derecho absoluto de decidir en qué tipo de sociedad queremos vivir: una que amenace a les mayors, a les enfermes, a las masas menos privilegiadas de personas como si fueran desechables, o una que se preocupe de todo el mundo y trate a todas las personas como importantes y con respeto. Al Estado, empresaries y demás que viven del esfuerzo de la gente trabajadora no se les debe permitir nunca más que gestionen las cosas como lo han venido haciendo. Demasiadas personas han enfermado por todo ello y esto lleva ocurriendo años y años. ¡Ya basta!
El sistema está enfermo y necesitamos curarlo.
La mejor medicina frente a la enfermedad que asola nuestras
poblaciones -y no estamos hablando ahora del Coronavirus- es la ayuda
mutua y la solidaridad de las personas.
A lo largo de este tiempo muchas personas se han visto afectadas,
nosotres hemos sido testigos de varios actos de solidaridad iniciados
desde abajo hacia arriba, a veces tan necesarios donde el sistema no ha
sabido proteger a une miembro vulnerable de nuestra comunidad humana.
Hacemos un llamamiento a la gente para que abrace la solidaridad y para
que la haga parte de sus vidas, no solamente en tiempos de tragedia sino
también como algo habitual. La solidaridad construye comunidad y la
comunidad es algo que puede ayudar a cualquier lucha social a conseguir
beneficios para todo el mundo.
Desde la AIT, deseamos a todas las personas de clase trabajadora
seguridad y fuerza en las luchas y retos que, tal vez, haya que afrontar
en este momento. Recordad que la solidaridad es nuestra arma, un arma
que es tan útil en tiempos como éste. Todes necesitamos organizarnos -no
solamente para este momento, sino para luchar por un mundo mejor para
todes nosotres en el futuro.
Secretariado de la AIT
Varsovia
16 de marzo de 2020
Varsovia
16 de marzo de 2020
Tomado de: https://iwa-ait.org/node/809?fbclid=IwAR0qZLbY7_NlLVuBZQYwFuIpdvSa8uFlr6vZ3UWH5bNx0GjWACljHmENzBs
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